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La cuestión del nacionalismo y el independentismo está de actualidad en España. Catalunya, constituida como Comunidad Autónoma y nación histórica del Estado Español está iniciando un proceso de separación para formar un nuevo Estado.

El nacionalismo no es nuevo ni en España ni en el mundo. Otras partes de España, naciones, también tienen focos nacionalistas: Euskadi, Galicia e incluso Andalucía.

En el mundo, y más específicamente en Europa, el nacionalismo nace de la mano del liberalismo. Se forma el concepto de Estado subordinado al concepto de Nación.

En la actualidad hay otra corriente, la postnacionalista, que sigue creyendo en el concepto del Estado nacional pero a su vez otorgando competencias a organizaciones supranacionles. Un ejemplo de postnacionalismo es España y la Unión Europea. Francia, España, Alemania, etc… se siguen manteniendo como Estados independientes pero con determinadas políticas comunes. Esto surge como consecuencia de la globalización, dejando atrás el concepto de Estados nacionales.

El término nacionalista suele ser peyorativo y muchas formaciones políticas no lo utilizan y prefieren llamarse independentistas. Se llega al extremo de decir que no son nacionalistas.

Tenemos los siguientes conceptos:

  • Nación: conjunto de personas con una cultura, idioma y pasado comunes.
  • Estado: territorio que alberga una población que tiene un Gobierno.
  • Nacionalismo: a cada nación le corresponde un Estado. Esto luego tiene diversas variantes que van desde el nazismo hasta nacionalismos más liberales y democráticos.

El nacionalismo en su forma más sencilla es la búsqueda de un Estado para cada Nación que exista. Esto tiene su buena y su mala cara. Por una parte en el nacionalismo subyace la idea de una democracia que se sustenta sobre una población que tiene un pasado y cultura similar, por lo cual las disputas serán menores que en un Estado con gente muy diversa. Es más sencillo llegar a acuerdos con una población que comparte una cultura en común, y por ende, mantiene unas costumbres, opiniones y comportamientos similares tomados por un entorno de convivencia parecido. Poniendo un caso sencillo, un yihadista y un occidental van a discrepar en puntos muy esenciales. Sin embargo en Europa, en España, tenemos unos valores humanistas y socialdemócratas de los cuales es difícil salirse y si te pasas de la raya serás una persona “rara” e incluso antieuropea o inhumana.

Ahora también están auge en gran cantidad de países de Europa movimientos antieuropeistas que tienen como base un discurso descentralizador. La UKIP en Reino Unido, el Frente Nacional en Francia, Amanecer Dorado en Grecia, los neonazis alemanes, etcétera…

En el caso particual de España, al ser un Estado en el que conviven diversas naciones, ha tenido y tiene diversas situaciones parecidas. La más actual es la cuestión catalana.

El nacionalismo catalán, vasco, gallego, etc… se está empezando a transformar para convertirse en otro concepto diferente: independentismo. Tanto es así que estos nuevos sujeros independentistas se declaran no-nacionalistas. ¿Realmente dejan de ser nacionalistas? Algunos de estos independentistas suelen estar emparejados a ideologías de izquierdas: Esquerra Republicana, EH-Bildu, Bloque Nacionalista Galego… Una persona de izquierdas, sobre todo en el panorama más de centro-izquierda, solicita que el bien común esté por encima del particular. En España nos encontramos con la solidaridad interterritorial mediante el cual las comunidades más ricas ceden recursos a las demás comunidades. Esto no sucede en los regímenes forales de Euskadi y Navarra, que gestionan sus propios impuestos. ¿Cómo cuadra que un partido de izquierda anteponga el beneficio de una minoría contra el bienestar de la mayoría? ¿Cómo encaja?

Es más, el nacionalismo surge con más fuerza en los territorios más ricos y donde gobiernan los partidos de derecha como el PNV en Euskadi o CDC en Catalunya. El nacionalismo ha ido generalmente ligado a ser un instrumento para que las masas se rebelasen y así los ricos, u otros colectivos que se aprovechasen, manteniesen o ganasen poder.

 

Otra cuestión también contradictoria es la que se intentaba expresar hace varias frases: la diferencia entre el nacionalismo y el independentismo y los independentistas que no se definen nacionalistas.

Aquí nos encontramos con claras contradicciones: por un parte los nacionalismos catalán, vasco, gallego… que acusan al Estado de centralista, y a su vez, la del nacionalismo español que pide mayor centralización del poder (partidos políticos de derecha y extrema derecha como VOX o la Falange y partidos constitucionalistas y postnacionalistas como Ciudadanos o UPyD).

Resulta curioso como ambos palos actuan de una forma muy parecida, pero con un punto de referencia, una nación, distinta. Para unos es España y para otros es Catalunya. Pero ambos siguen enzarzados en esa idea de nacionalismo.

Normalmente suelen desmarcarse todos del término nacionalismo porque se asemeja a Hitler y la Alemania Nazi. No, señores, nacionalismo no es eso. Eso es un tipo de nacionalismo. En tiempos pasados el nacionalista era de conquista y expansivo, ahora es más bien separatista y secesionista. Que no se realce la nación con armas y con muertes no significa que se deje de ser nacionalista.

La forma más sencilla de calar a un nacionalista que se autoproclama no-nacionalista es preguntarle si aceptaría el derecho de secesión de una provincia (o de un individuo en caso extremo) de su nación. La respuesta será un no rotundo. Cuando se trata de naciones y sentimientos, los territorios pasan a tener más derechos que los individuos. La libertad nacional se situa por encima de la libertad individual. El sentido común no importa. Se es contradictorio.

 

En definitiva, si usted está a favor de la independencia de Catalunya, Galicia o Euskadi y, sin embargo, se lo niega a una entidad menor, está subordinando la independencia al concepto de nación: es usted nacionalista.

 

  • Nacionalismo e independentismo son cosas muy diferentes.
  • Aquel que subordina el concepto de Estado a la nación, es claramente nacionalista.
  • Aquel que niega el derecho de secesión de un territorio de su nación basándose en su Estado-nacional, pero a su vez se declara no-nacionalista, está cayendo en contradicción.
  • El independentismo reclama la independencia de un territorio, no necesariamente de una nación. El nacionalista es independentista, pero no siempre ocurre al revés.

 

Eduardo González Vaquero.